jueves, 8 de enero de 2015

Filete con lentejas

Era pensar en ello y se le enfurecían las tripas. Aquel plato resultaba aborrecible ante cualquiera: el filete reseco con lentejas. Ni de pollo, ni de ternera, quizás de camello, regado con legumbres aguachinadas y una brizna de algún rancio chorizo. Y es que últimamente, lo que sobraba de un día lo mezclaba ella con las rebañaduras de otro, especializándose reiterativa en aquel destrozo. Ya en la oficina, según entraba por la puerta, sus compañeros reincidían también, esta vez en el sarcasmo. “¿Otra vez tu plato favorito?”. Pero él nada decía, acribillado por la vergüenza. La misma que le daba a su madre tener en casa a aquel hijo de 45 años. Ya sin saber qué inventarse para echarlo.

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