martes, 24 de noviembre de 2015

¿No te acuerdas, mamá?

No hace mucho le preguntaba a mi madre, muy anciana y ya olvidadiza, si recordaba cuando engrasaba la cerradura de la puerta para facilitarle la entrada a mi padre. Dijo que no, que eso me lo estaba inventando. Que sí, hombre, te tienes que acordar. Pensabas que así igual se pasaba alguna noche. Que cuando iba borracho era incapaz de atinar con la llave. Y yo siempre pendiente del sonido de aquella cerradura por si volvía para quedarse del todo. Porque al menos él no me golpeaba hasta sangrar. ¿De verdad no te acuerdas, mamá?